21 de marzo de 2011

¿Cultura y educación TIC?

El perfil de una persona se basa en el conocimiento, la motivación y el contexto cultural y educacional del individuo. Es en este último factor donde me gustaría realizar un punto de inflexión y reflexión ya que en la actualidad el acceso a la información, a la cultura o al aprendizaje es cada vez más dependiente de las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC a partir de ahora). Estas nuevas tecnologías tienen efectos secundarios en el sistema de la sociedad porque llegan a segmentar y agrandar más las distancias que separan a los diferentes sectores en su desarrollo tecnológico. Si ahora a la cultura y al aprendizaje se accede a través de las TIC, y a estas por medio de la capacidad económico-adquisitiva, parece sencillo pensar que no todos los individuos tienen el mismo acceso a cultura y aprendizaje. Podríamos hablar de un analfabetismo de algunos sectores en tanto que la tecnología se convierte en vehículo imprescindible para evitarlo así como imprescindible parece también la necesidad de establecer medidas que faciliten el acceso.

Es un debate que lleva mucho tiempo abierto. Tecnología: aprender y cultivarnos, ¿con ella o sin ella?. Las ventajas son evidentes, y el universo que una herramienta tan inmensa como Internet abre ante nosotros no tiene límites. Dicha discusión surge porque precisamente en algunos casos esos límites aparecen para el acceso a esta tecnología. No hay que olvidar que la tecnología como herramienta supone un gasto y son los sectores más desfavorecidos de la sociedad los que no tienen acceso a las TIC. Se supone que un Estado democrático también debe estar basado en la igualdad de oportunidades, sean estas basadas en el derecho al trabajo, al hogar o en el tema que me ocupa, compensando las desigualdades que puedan surgir en el acceso a no a las nuevas tecnologías de la información. Todos deberíamos tener las mismas oportunidades en algo tan importante como la educación o la cultura.

Aunque en la actualidad las TIC no son desconocidas para la mayoría de nosotros, debemos reflexionar y plantearnos sus límites. ¿Continuará está alfabetización tecnológica? ¿Hacemos bien en integrar la tecnología a la cultura o a la educación? ¿Surgirán nuevas desigualdades entre distintos grupos de la sociedad por el acceso o no a las nuevas tecnologías de la información?. Tiempo al tiempo.



Pablo San Juan Saralegui

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