El "cuarto mundo” es un texto que redactaron Leonarda García Jiménez y Mercedes Carmona Ramírez. Trata del análisis que hicieron sobre las desigualdades tecnológicas entre Comunidades Autónomas.
Según este texto, la evolución del uso de Internet estará en manos de, en gran medida, las acciones públicas destinadas a favorecer e impulsar el desarrollo social, económico y tecnológico.
A principios del año 2000, uno de los temas a tratar por las Naciones Unidas en su Declaración del milenio fue el del desarrollo tecnológico; concretamente, propusieron «velar por que todos puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones». Esta propuesta debería lograrse antes del 2015.
Pero esta promesa no se conseguirá si la conocida brecha digital no se solventa lo antes posible. La brecha digital es una división entre los que tienen y no tienen acceso a las nuevas tecnologías. Aunque también existen individuos que a pesar de residir en el mundo desarrollado son excluidos de estos ámbitos. En el “cuarto mundo” se encuentran todos los que van quedando al margen del desarrollo tecnológico ya sean del primer, segundo y tercer mundo. Es el caso de España y su Sociedad de la Información (SI).
La brecha digital refleja la marginalidad de los que no tienen acceso a las nuevas tecnologías o cuyo acceso es limitado (por infraestructuras deficientes o porque no tienen la formación necesaria para saber manejar las nuevas tecnologías)
Actualmente existen grandes diferencias regionales en cuanto al nivel de acceso y uso de Internet. Son Madrid 48,5%, Baleares 40,6% y Cataluña 47,2% las Comunidades Autónomas que en 2010 presentaban un mayor nivel de uso de Internet, mientras que Castilla La Mancha (24,4%), Extremadura (33%) y Galicia (33,3%) son las comunidades con un menor nivel de uso de Internet.
El origen de este suceso tiene que ver por dos factores: Por un lado la oferta, las operadoras y empresas que suministran este tipo de servicios (como Movistar, Jazztel...) centran su actividad en zonas fuertemente urbanizadas, donde pueden conseguir mayores beneficios, y no apuestan por las zonas rurales que tienen una menor capacidad económica. El otro factor es la demanda. Las zonas más ricas y desarrolladas son las que, generalmente, se encuentran mejor capacitadas para recibir cualquier innovación tecnológica, así como para aprovechar el uso de cualquier tecnología.
Para concluir, a mi parecer es necesaria una intervención que promueva la difusión de las TIC en las zonas más desfavorecidas y minimizar, así, esa brecha digital.
Belén Moreno
Tulpenkopf
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