15 de abril de 2011

Twitter y los líderes de opinión 2.0

Un líder de opinión es aquella persona que habitualmente da su opinión con respecto a los temas de interés para la opinión pública. Su credibilidad viene dada directamente por la confianza que el público le deposita. Desde la política al periodismo pasando por la representación sindical, podemos encontrar líderes de opinión en múltiples ámbitos. Pero vivimos en la época de la tecnología e Internet… ¿cómo afecta esto a los líderes de opinión? Hablemos ya de líderes de opinión en Internet.

Con la llegada de Internet los líderes de opinión han visto multiplicada su presencia e influencia casi hasta el infinito. Twitter es la red social en la que juegan un papel más importante. En marzo conocíamos que el 50% de los “tweets” más leídos son generados por únicamente 20.000 usuarios pertenecientes a una especie de “elite”. Un dato curioso teniendo en cuenta que la red social  cuenta con 200 millones de usuarios. La investigación llevada a cabo clasificó a los usuarios en 5 categorías: celebridades, medios, organizaciones, blogs y usuarios corrientes. Es a las dos primeras a las que pertenecen los usuarios de esa “elite”. Con sus comentarios y opiniones, se genera un seguimiento masivo de usuarios que comparten o no una opinión o ideología y que siempre crea un conflicto de ideas encontradas que se extiende en páginas y páginas de “retweets”. Está claro: sin “tweet” no hay “retweet”. Igual que sin conflicto no hay un equilibrio social desde una perspectiva marxiana. Por tanto podemos imaginar cierto paralelismo entre Twitter y la sociedad. En la red social se representan la mayoría de los grupos de nuestra sociedad, los influyentes y los que no lo son, lo que lo pretenden y los que no pueden. Imaginemos lo aburrido que sería Twitter si sus usuarios no entraran en conflicto por unos intereses propios (en este caso la defensa de unas ideas). Pronto se harían necesarias las fuerzas dominantes que mantienen unida una sociedad digital, un mundo cibernético en el que se imponen las reglas en forma de mensajes de 150 caracteres. 


Pablo San Juan
TULPENKOPF

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